Duelo patológico
o complicado

¿Qué es el Duelo?

Sufrir pena o tristeza ante la pérdida de un ser querido es una reacción normal y, como tal, hay que aceptarla. Es lo que se denomina “duelo”. El duelo es un proceso por el que todos pasamos, ya que a lo largo de nuestra vida sufrimos múltiples pérdidas. Es importante señalar que no hay un tiempo exacto determinado para superar la pérdida, aunque, por regla general, entre 6 meses y un año suele ser suficiente para continuar con nuestra vida sin que nos invada la tristeza.

Por otra parte, la intensidad del dolor que se experimente por la pérdida de ese ser querido dependerá principalmente del vínculo afectivo que manteníamos con esa persona, pero también pueden influir otros factores, por ejemplo, no es lo mismo, haber convivido con la persona, que no haberlo hecho, las circunstancias específicas de la muerte (se consideran más traumáticas las muertes inesperadas), la relación con el la persona fallecida (si la relación era mala, es decir, si se discutía mucho con la persona, se hacían reproches, etc., el duelo se complica más), etc. etc.

No obstante, hay que aclarar que también se puede sufrir un proceso de duelo por la pérdida de una mascota, por el final de una relación sentimental, etc.


Etapas del proceso del Duelo

Se han establecido una serie de etapas por las que la mayoría de la gente suelo pasar en el proceso del duelo, aunque estas etapas no tienen por qué ocurrir necesariamente en un mismo orden en todas las personas:

  1. Negación: Negarse a sí mismo y a su entorno la pérdida
  2. Enfado, Ira, frustración: Por no haber podido resolver lo que ha ocurrido.
  3. Negociación: Vendría a ser un deseo volver al pasado y evitar que muriera el ser querido.
  4. Depresión: Caída en la depresión.
  5. Aceptación: Finalmente la persona acepta la realidad.

¿Qué es el Duelo patológico o complicado?

Por regla general, las personas no necesitamos ayuda para elaborar nuestro duelo. Es cuando no conseguimos continuar con nuestra vida sin que la pérdida interfiera en nuestra rutina de manera importante, cuando el duelo puede desembocar en un duelo patológico o complicado, que se define como “la intensificación del duelo al nivel en que la persona está desbordada, recurre a conductas desadaptativas, o permanece inacabablemente en este estado sin avanzar en el proceso del duelo hacia su resolución” (Horowitz, 1980).


Clasificación del Duelo patológico o complicado

Una de las clasificaciones que más consenso ha adquirido establece cuatro subtipos de duelo complicado:

Duelo crónico: Pasa un año y la persona sigue sin aceptar el dolor o la ansiedad que siente al recordar al ser querido que ya no está. Del mismo modo, no termina de amoldarse a su nueva vida sin la persona fallecida.

Duelo retrasado: Pasado cierto tiempo, la persona vuelve a experimentar una fuerte carga emocional, cuando la angustia se había apaciguado.

Duelo exagerado: La persona continúa desbordada por el dolor y trata de evadirse de este sufrimiento con el consumo excesivo de alcohol o drogas. Igualmente, puede que se centre obsesivamente en el trabajo, o en cualquier otra actividad que le permita sobreponerse y amortiguar el dolor, lo que puede llevarle a desarrollar algún trastorno psicopatológico, como problemas de ansiedad o depresión.

Duelo enmascarado: La persona presenta síntomas físicos o realiza conductas que le causan dificultades, pero sin ser consciente de que su malestar tiene que ver con que no ha resuelto convenientemente el duelo. Por ejemplo, puede desarrollar problemas psicológicos como ansiedad, depresión, etc.).


Tratamiento

El abordaje terapéutico en el caso del duelo patológico se basa en tres pilares fundamentales

Falicitar que el paciente hable de su ser querido fallecido y las circunstancias de su muerte.

Ayudar al paciente para que exprese los sentimientos de tristeza, desesperación, o de cólera hacia el médico o el hospital donde se produjo la muerte de la persona fallecida.

Explicar al paciente que los síntomas que padece, tales como: ansiedad, sentimientos de culpa, depresión, etc., son reacciones normales y que, con el paso del tiempo, irán desapareciendo.

Asesorar debidamente a la familia en cuento al acompañamiento de la persona que está pasando por un proceso de duelo patológico, así como a la necesidad de facilitarle la realización de las tareas domésticas durante el período inicial.


Síntomas del Duelo patológico o complicado

Las señales de que estamos sufriendo un duelo patológico o complicado son las siguientes:

  1. Dificultades para aceptar la muerte del ser querido o resistencia a creer que haya fallecido.
  2. Sentimientos predominantes de soledad y tristeza. Igualmente la culpa y la ira pueden ser intensas a pesar del paso de meses o incluso años. La persona evita todo aquello que le recuerde a su ser querido, como por ejemplo, fotos, ropa, etc., incluso puede evitar hablar sobre la persona fallecida.
  3. Tener recuerdos o imágenes de la persona, de las circunstancias en que falleció, etc., que le impiden realizar sus actividades cotidianas, es otro de los síntomas frecuentes.
  4. Buscar o tener deseos intensos de encontrarse con la persona fallecida o buscar los lugares en los que solían verse, o hacer las cosas que solían compartir.
  5. Sentirse aislado o distante respecto de sus familiares o amigos.
  6. Sentir que ve o escucha a la persona que murió.
  7. Culparse por no haber hecho lo suficiente para impedir la muerte o no haberlo ayudado o acompañado lo suficiente.
  8. Tener creencias que contribuyan al mantenimiento de las reacciones del duelo patológico. Entre esas creencias se encuentran la culpa por estar vivo y disfrutar de las cosas cuando el ser querido ha fallecido.
  9. Mantener los sentimientos de dolor y tristeza significa para las personas que padecen un duelo no resuelto, poder estar más cerca de la persona fallecida. Si dejan de sufrir podría significar que hay abandonado a su ser querido.